Monseñor Baudelio Pelayo Brambila
“Contadísimas personas tienen en Ciudad Juárez el privilegio de ser recordadas con tanto cariño y respeto. Pocos tienen ganado un lugar privilegiado en el corazón de los juarenses”. Esto escribió Monseñor Isidro Payán sobre uno de los principales pilares de la Iglesia diocesana de Ciudad Juárez: Monseñor Baudelio Pelayo.
Su historia
Baudelio Pelayo Brambila nació el 28 de octubre de 1900 en Santa Rosalía, Jalisco, donde vivió una niñez feliz al lado de sus padres Melitón Pelayo y Dolores Brambila, así como de sus 9 hermanos.
Cuando tenía 18 años de edad se fue a Guadalajara para ingresar al seminario, pues había determinado ser sacerdote. Ahí estudió hasta 1924, cuando fue invitado a estudiar al Seminario de Chihuahua, donde concluyó su formación para ser ordenado sacerdote el 3 de abril de 1926.
Fue maestro de latín en el seminario de Chihuahua y luego nombrado párroco del Santo Niño en Chihuahua de donde fue llamado para ser párroco en Santa Rosalía de Camargo, Chihuahua, en 1937, justo en tiempos de la persecución religiosa.
Fue en 1939 cuando Don Baudelio Pelayo fue enviado a servir a Ciudad Juárez como párroco de nuestra Señora de Guadalupe, para atender la propia Ciudad Juárez, así como los pueblos del Valle de Juárez y Villa Ahumada.
En lo que en el futuro sería la Catedral de Ciudad Juárez, el padre Pelayo trabajo incansablemente desde 1939 hasta 1963, cuando la entregó formalmente al padre Isidro Payán.
Magna obra
Quizá la obra más importante del padre Pelayo fue la fundación de la Congregación de Misioneras de María Dolorosa, con la cual apoyó una de sus principales preocupaciones pastorales: la atención a los más pobres, niños y ancianos de la ciudad, desde siempre abundantes y en la cual ya trabajaba con mujeres de la Cofradía de Seglares de San Vicente.
El 24 de febrero de 1947 la Santa sede aprobó la congregación que fue erigida canónicamente el 17 de septiembre de 1947.
Pero antes de fundar esta congregación Monseñor Pelayo había ya construido incontables templos, así como obras sociales.
A la par de las obras materiales, don Baudelio edificó pacientemente la comunidad espiritual de Ciudad Juárez con la fundación de asociaciones como la Acción Católica, la Legión de María y la Adoración Nocturna.
Distinciones
Por su incansable labor espiritual y material en favor de la iglesia particular de Ciudad Juárez, el padre Pelayo recibió sendas distinciones de la Santa Sede, solicitadas por su entonces obispo Monseñor Antonio Guízar y Valencia.
El 24 de septiembre de 1936 fue nombrado “Camarero de Honor” por parte de Pío XI, pero de acuerdo a los cánones de la Iglesia en ese entonces, el título se extinguió con la muerte del Papa.
Luego Pío XII le extendió el nombramiento de “Camarero Secreto Supernumerario” en octubre de 1940, el que igualmente expiró con la muerte del Papa en 1958.
Enseguida, el ya obispo de Ciudad Juárez, Don Manuel Talamás Camandari pidió al Papa Juan XXIII una nueva distinción para el padre Pelayo, a quien se le nombró “Prelado doméstico” el 13 de noviembre de 1958.
Para la gente sencilla de Juárez, tales nombramientos fueron motivo suficiente para llamar al padre Pelayo Monseñor, como un sentido de respeto, cariño y admiración por su testimonio de vida.
Su muerte
El 22 de febrero de 1969, Monseñor Pelayo fue nombrado párroco de Nuestra Señora de Lourdes, comunidad de la cual se retiró en junio de 1972, por la enfermedad que lo llevó a la muerte el 26 de octubre de 1975.
Entonces sus restos fueron depositados en el panteón Jardines Eternos, pero 25 años después, en el año 2000, fueron exhumados y trasladaos a la Capilla de San Antonio de Padua en Senecú, donde actualmente descansa, justo en el corazón de su más preciada obra.
Las obras de Monseñor Pelayo
Congregación de Misioneras de María Dolorosa , 1947
Asilo de Ancianos (calles Degollado y Sarabia) 1946
Orfanatorio de Guadalupe, 1946
Asilo de Ancianos Senecú, 1948
Ciudad del Niño 1954
Los templos que construyó
Nueva parroquia de Guadalupe (Catedral), 1945
Capilla San José (Catedral), 1946
Nuestra Señora del Rosario, 1942
Nuestra Señora del Carmen, 1950
Santa Rosa de Lima, 1955
Capilla San Juan Bosco, 1953
N.S. de San Juan de los Lagos, 1956
Cristo Rey y Convento de capuchinas, 1955
San Antonio de Padua (Santa Rosa), 1957
Capilla San Pío X, 1957
Espíritu Santo, 1960
Obra negra de Dios Padre, Sagrada Familia y San Francisco de Asís.
Congregaciones religiosas que trajo a la diócesis
Carmelitas Misioneras de Santa Teresa, 1939
Orden de los Siervos de María, 1949
Clarisas Capuchinas de Cristo Rey, 1950
Religiosas de Nuestra Señora de la Caridad, 1956